Cipriano Fernández Folgueras y Doiztúa.
Nacio en Oviedo en 1863 y fallecio en Madrid en 1911, es uno de los más destacados escultores del naturalismo español de finales del siglo XIX. Siendo un joven de quince años se desplaza a Madrid.
Fue pensionado en dos ocasiones por la Diputación de Oviedo para completar su formación como escultor, primero en Madrid, donde sería alumno de Jerónimo Suñol y José Gragera, más tarde se le prorrogó la beca para terminar sus estudios en la Academia Española de Bellas Artes de Roma. Obtuvo la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1895 con su obra El sacamuelas, tras haber ganado con anterioridad otros premios y menciones.
En 1903 obtuvo plaza de profesor numerario en la Escuela de San Fernando. La Diputación provincial tuvo en uno de sus salones una obra de Folgueras Doiztúa titulada Celta o Astur.
En 1903 le nombran profesor auxiliar interino de la sección de escultura de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid donde llegaría a ocupar la cátedra vacante de modelado. Será en esta ciudad donde fallece en 1911.
Sus manos darán vida a monumentos, tan del gusto de la época de la Restauración, encargados por distintas instituciones en honor de personajes relevantes, destacando el de Valdés Salas para la Universidad de Oviedo (1908). Entre sus obras destacan las dos estatuas Tragedia y Comedia del Teatro Campoamor de Oviedo, la estatua del arzobispo Valdés Salas en el claustro de la Universidad de Oviedo. Así mismo y fruto del crecimiento de las pudientes clases burguesas capaces de costearse panteones monumentales, será autor de varios de ellos para el cementerio del Salvador de Oviedo.
Una escultura de Cipriano Folgueras, de quien desgraciadamente no conservaba ninguna obra, y de celebrar, asimismo, el I Centenario del fallecimiento de esta artista cuya obra es poco conocida y está poco valorada.
Fuentes: Teatro Campoamor y Enciclopedia de Oviedo.
Cipriano Fernández Folgueras y Doiztúa.
Nacio en Oviedo en 1863 y fallecio en Madrid en 1911, es uno de los más destacados escultores del naturalismo español de finales del siglo XIX. Siendo un joven de quince años se desplaza a Madrid.
Fue pensionado en dos ocasiones por la Diputación de Oviedo para completar su formación como escultor, primero en Madrid, donde sería alumno de Jerónimo Suñol y José Gragera, más tarde se le prorrogó la beca para terminar sus estudios en la Academia Española de Bellas Artes de Roma. Obtuvo la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1895 con su obra El sacamuelas, tras haber ganado con anterioridad otros premios y menciones.
En 1903 obtuvo plaza de profesor numerario en la Escuela de San Fernando. La Diputación provincial tuvo en uno de sus salones una obra de Folgueras Doiztúa titulada Celta o Astur.
En 1903 le nombran profesor auxiliar interino de la sección de escultura de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid donde llegaría a ocupar la cátedra vacante de modelado. Será en esta ciudad donde fallece en 1911.
Sus manos darán vida a monumentos, tan del gusto de la época de la Restauración, encargados por distintas instituciones en honor de personajes relevantes, destacando el de Valdés Salas para la Universidad de Oviedo (1908). Entre sus obras destacan las dos estatuas Tragedia y Comedia del Teatro Campoamor de Oviedo, la estatua del arzobispo Valdés Salas en el claustro de la Universidad de Oviedo. Así mismo y fruto del crecimiento de las pudientes clases burguesas capaces de costearse panteones monumentales, será autor de varios de ellos para el cementerio del Salvador de Oviedo.
Una escultura de Cipriano Folgueras, de quien desgraciadamente no conservaba ninguna obra, y de celebrar, asimismo, el I Centenario del fallecimiento de esta artista cuya obra es poco conocida y está poco valorada.
Fuentes: Teatro Campoamor y Enciclopedia de Oviedo.
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